EDUARDO N. CORDOVÍ HERNÁNDEZ ENTREVISTA A EDUARDO N. CORDOVÍ HERNÁNDEZ
PREG: ¿Cree, usted, tener la suficiente importancia como para merecer una entrevista en los medios?
RESP: Sí y no.
PREG: Explique eso.
RESP: Sería bueno definir qué significa la palabra importancia o a qué le estamos llamando así, pero nos enredaríamos en la trampa de las palabras; de modo que voy a considerar el concepto de importancia que ¡supongo! la mayoría de las personas pueda tener como para aceptar que alguien merezca se le entreviste; es decir: una notoriedad fuera de lo común en algún sentido ¡que lo distingue! y lo individualice al extremo de poder servir ¡no como fuente de admiración! (algo muy ambicionado) sino como objeto de inspiración; lo cual, marca una diferencia.
PREG: Antes de entrar a delimitar en qué radica su importancia y ¡por supuesto! terminar la idea sobre el Sí y el No que comenzó a explicar, creo interesante resumiera la diferencia entre servir de fuente de admiración y/u objeto de inspiración.
RESP: Es correcto. Cuando, usted, admira a alguien en alguna medida lo coloca por encima de, usted; le dejo de tarea buscar un diccionario de sinónimos y encontrar los de la palabra admiración, verá que todos conllevan un significado de inmovilización, porque la admiración crea un distanciamiento entre, usted, y quien es admirado, creando una cierta conmoción la cual, de alguna manera, lo limita para actuar desde su creatividad (la de usted) quedando como un satélite de quien admira, vistiéndose tal como se viste, repitiendo lo que dice, etcétera; pero, aquel ¡quien lo inspira! lo moviliza, le anima porque la inspiración ¡no separa! sino que atrae, se infiltra, lo une con el otro y, usted, termina diciendo: si él pudo yo podré, si él llegó yo también puedo y si, de la misma forma, termina vistiéndose parecido o diciendo lo mismo, será original y no una copia.
PREG: Gracias, por favor continúe explicando el Sí y el No, del inicio.
RESP: Le decía: Sí, creo tener suficiente importancia. Y: No, porque si la tuviera, los medios me entrevistarían y no me vería obligado a entrevistarme yo mismo.
PREG: Pero no le parece que si, en realidad, la tuviera no tendría que entrevistarse a sí mismo porque, los medios, lo harían.
RESP: Debo recordarle algo: ya hace bastante tiempo los científicos saben que la realidad es relativa, es una imagen mental y, en última instancia, no existe, sino que es creada por quien observa, eso dice la más moderna Física. Escucha, la Física Cuántica es la teoría científica más exacta de todos los tiempos, su margen de error es sorprendente de tan pequeño; si se hiciera una medición entre Nueva York y la ciudad de Los Ángeles el error sería como del diámetro de un cabello; siendo de tal forma, no creo se equivoque en lo demás que afirma. Infórmate acerca de la paradoja del gato de Erwin Schrödinger (premio Nobel de Física en 1933) y luego me cuentas, es fácil encontrarlo en Wikipedia.
PREG: Tomo nota. Pero ¿por qué cree que los medios no le reconocen la importancia que, usted, cree tener?
RESP: Porque los medios de información y los periodistas, responden a estamentos culturales, a intereses comerciales y sobre todo políticos; están en función de lo que se ha dado en llamar el establishment; y toda esa orientación es hacia afuera, hacia el exterior del individuo, la función de los medios es orientar a las masas hacia afuera, me refiero a nivel global, o sea, no me estoy refiriendo solo a Cuba, La noticia es lo que pasa afuera de ti. En el caso que nos ocupa ¡referido a mi importancia! es que es interna, personal, íntima.
PREG: Bueno, bueno, me asalta la duda: si su importancia es interna, personal e íntima ¿por qué merecería la atención de alguien más?
RESP: Comunicar mi experiencia puede ser interesante para otros, aunque mi importancia, es decir mi hallazgo, sea distinto al de ellos; el asunto de interés para todos no es lo que van a descubrir pues ¡será distinto! a lo descubierto por mí, lo común a todos es el proceso para descubrirlo… el cual puede ser más o menos parecido, para no sonar absolutos.
También es de hacer notar que el hallazgo, por llamarle de algún modo, tampoco difiere tanto como digo porque en última instancia en lo genérico es exactamente lo mismo y que resumo con este nombre: Darse cuenta de para qué vivimos, esto y el proceso para llegar a eso viene siendo lo mismo para todo el mundo, la diferencia es que yo nací para una cosa, aquél para otra y así por ahí pa´llá, como decimos en Cuba.
Pero volviendo a la pregunta, concurren varias razones, sin orden de jerarquía en su enumeración: uno, los humanos siempre se interesarán por los humanos porque, psicológicamente, todos funcionamos igual. Dos, porque todo el mundo se pasa la vida buscando la felicidad donde no está y cuando aparece uno allá que dice haberla encontrado, uno aquí quiere saber dónde; si dice ser feliz, uno quiere verificarlo o por lo menos ver cómo es ser feliz porque, si algo hay que saber, es que nadie sabe nada sobre la felicidad, lo conocido por todos es que no lo son. Tres, porque ¡Cómo nadie se siente feliz! Pues la inconformidad consigo mismo es el rasero universal pues quieren saber cómo es eso de ser feliz, quieren un procedimiento, una teoría, una receta...
PREG: ¿Y, usted, trae una receta...?
RESP: No, no, no. Digo lo que la gente quiere… y muchos dan,
PREG: Pensé que iba a presentar algo en esta entrevista.
RESP: Exacto. Pero no una receta. Aclaro sobre las recetas que otros dan y sobre el hecho de llamarlas yo recetas, puede parecer que les resto valor; no es así. De hecho, las recetas son válidas y hasta funcionan; el defecto es creernos que funcionen siempre y en cada caso; pero el error es nuestro, no de las recetas y si vas a usar recetas debes saber sus limitaciones. Lo que yo presento es el ejemplo de mi vida, no para que seas igual a mí ni para que hagas lo que yo, si no para que hagas lo que internamente sientes que debes hacer y no sientas miedo hacerlo y si llegas a decidir hacer lo que sientes; también, seas responsable de lo que suceda.
PREG: En definitiva ¿Cuál es la gran importancia de que hablamos y, de la cual, dice estar en posesión?
RESP: Ahí está el detalle, no se trata de una gran importancia, sino darse cuenta de no tener ninguna. Es la cultura, como dije, el establishment, las tradiciones, la educación, la familia, las instituciones, las que te hacen darle valor al tener una gran importancia mediante nombramientos, títulos, diplomas, elevados salarios, fama, premios, entrevistas, viajes, doctorados. Cuando comienzas a acumular todo esto te da la impresión de ser cuando lo que ocurre es que tienes: nombramientos, títulos, diplomas, alto sueldo, fama, premios, entrevistas, viajes, doctorados… pero nada de esto lo puedes ser. Todo esto solo puedes tenerlo. Solo te hace feliz lo que logras ser. Y no estoy en contra de los diplomas y los nombramientos ni de los premios ni de nada… solo digo que debemos saber lo que representan y que lo malsano está en buscarlos y hacer de ellos un objetivo, una meta preconcebida.
PREG: ¡Ajá! entonces ¿qué es lo que hay que lograr ser?
RESP: Acabo de decirlo: NADA. Dije textualmente: no se trata de una gran importancia; si no, darse cuenta de no tener ninguna. Tener importancia es una ilusión creada por la mente y vivida por la personalidad, es la personalidad quien se cree importante, quien siente miedo de morir, quien se alegra con los premios, quien vive en el futuro deseando éxitos…mientras olvida el presente.
PREG: ¿Está diciendo que debemos anular a la personalidad, ser nadie?
RESP: De eso se trata. Es un impedimento para la felicidad humana y, en sus orígenes, es el mensaje de todas las religiones.
PREG: ¿Debido a eso ha publicado todos sus libros gratis en Internet?
RESP: Sí, entre otras razones, además. Ya algunos de mis libros llevaban escritos más de cuarenta años, Cuentos de otro mundo, por ejemplo, lo escribí a principios de los años setenta del reciente pasado siglo XX, y en realidad no hago nada con mis libros engavetados, los libros ¡Se supone! se escriban para ser leídos.
PREG: ¿No tuvo otras opciones?
RESP: A finales de los ochenta zapateé La Habana buscando una editorial que me publicara, Bebidas notables, y ninguna quiso, casi por casualidad alguien me dijo: envíalo a la editorial Oriente en Santiago de Cuba y lo mandé por correo, nunca he estado allí y fue mi primer y único libro publicado en papel, hasta ahora, el cual obtuvo éxito de venta, apenas salió al mercado, en aquella oportunidad; según las estadísticas publicadas por el Instituto del Libro en la revista Bohemia, se mantuvo en tercer lugar de venta a nivel nacional durante dos semanas, algo notorio para un autor desconocido; también, ayudó que le hicieran una cubierta preciosa. Por aquellos días visitaba Cuba, el señor Diego Silva Lhemann, presidente y fundador de AREGALA (Asociación de Reporteros y Escritores Gastronómicos de América Latina y España) con sede en Perú, quien compró el libro en un hotel; de regreso a su país escribió a la editorial para ponerse en contacto conmigo y, así, me envió un diploma honorífico por mi trabajo y publicó varios artículos del libro en la revista especializada Menú Journal, de amplia circulación en los focos hispanos del planeta. Todo esto me hizo revalorar el libro y reescribir una versión ampliada la cual, más tarde, en el año 2010, propuse a AZU Press Digital de New York junto con mi novela, Conspiración en La Habana, pero debía pagar por ambos una suma imposible para mí, y les propuse descontaran el costo de la edición de mis posibles regalías, y, actualmente, se oferta venta de tiempo de lectura online en www.loslibrosdigitales.com sin posibilidad de descargar los libros
¡Bueno! opciones para publicar hay muchas, pero no se me han hecho propicias. Hay muchas editoriales que te publican si pagas el costo editorial pero no cuento con tal cantidad de dinero; las que menos cobran, para mí resulta una millonada. La mayoría, aparte de uno tener que pagar la edición, te pagan solo el diez por ciento de las regalías; algunas, como IBUKKO, te pagan el cien por ciento, pero igual, no puedo costear el monto de la inversión. La española CHIADO Editorial ofrece otra opción ¡me parece buena! porque no hay que pagar nada; plantea un negocio mediante una campaña publicitaria en la cual se buscan personas que inviertan hasta cubrir el costo de la edición; pero, desde Cuba, no me es rentable acceder a Facebook, YouTube, Google, Twitter, etcétera pues es demasiado caro para mí y eso me imposibilita hacer una buena propaganda en busca de amigos, fuera de Cuba, quienes pudieran convertirse en socios, pero no creo que muchos arriesguen sin conocerlo a uno, y ni siquiera conociéndolo; por otra parte, el costo de edición de mi novela puesta en campaña es, en mi opinión, astronómico no recuerdo bien ahora, pero era poco más de tres mil euros, y me atreví a ponerlo en campaña por la aventura de ver publicados durante tres meses la reseña y un capítulo para que las personas valoraran y decidieran si invertir o no.
Así hasta que apareció Freeditorial.com donde uno se auto-publica gratis y tiene acceso a la contabilidad de las descargas y decidí publicar todos mis libros. Al menos, ahora sé que alguien me lee, no creo que todos los que descargan libros los leen, muchos los bajan, leen un poco y pudieran encontrar que no les gusta, esto es normal, pasa hasta con los libros en papel, pero siempre alguien te lee completo. Tampoco todo el que te lee queda satisfecho o está de acuerdo con uno, y eso también es normal, pero alguno habrá que sienta que tu libro le hacía falta; y si el libro lo ayudó a mejorar su vida, no importa si se acuerda de tu nombre o no, porque al fin y al cabo ¡Tampoco eres tu nombre!
PREG: ¿No teme, usted, a la piratería, que alguien descargue un libro lo modifique un poco le cambie el título y lo plagie y termine ganando dinero con el trabajo de, usted?
RESP: Ya hay quien me lo ha dicho. Pero no, no le temo a la piratería, la gente piratea lo que se vende, no lo que se regala. Por lo general, la gente no le da mucho valor a lo que se obtiene gratis. Aparte ya está publicado, alguna gente lo conoce y lo reconocería, los ladrones roban, pero prefieren la impunidad con poco riesgo y nadie está para buscarse problemas; además, asumen que si ninguna editorial apostó a pagar por el libro es porque no vale suficiente. Se piratea lo que tiene valor y si piratean mis libros es porque me consideran bueno. Si alguien lo modifica y termina ganando dinero con él, pues que le vaya bien. Gustarme, lo que se llama gustarme… No, no me gusta, pero si sucediera creo que ni me enteraría, entonces, para que voy a preocuparme por eso. Hago como un árbol que da frutos para cualquiera, para el bueno y para el malo, para el que tiene hambre y anda de paso y para el que viene y se los lleva todo para ganar dinero y ni siquiera le echa un cubo de agua en el tronco.
PREG: También está la opción de participar en concursos.
RESP: Es cierto, escucha, hay algo así como una ley de la vida o de las probabilidades que dice: si estás el tiempo suficiente picando piedras siempre encontrarás oro. ¿El asunto? no se sabe cuánto es el tiempo suficiente, pero puede resultar agotador, para mí demasiado. Además, la opción de los concursos es un arma de doble filo, porque puedes quedar enamorándote del premio y olvidando tu misión, escribiendo por unos miles de euros que tal vez nunca ganes; quizás no lo creas, pero te puedes llegar a sentir, sin ser demasiado puritano, como un mercenario de la pluma. En mi caso, desde muy temprano no me llamaron la atención los concursos: existe una literatura de concurso, existe una literatura de moda, unos recursos estilísticos que pueden hacerte brillar más que otros, porque existen temáticas que son más vendidas que otras y están los golpes de la suerte, la cual, es loca y a cualquiera le toca, dice el refrán. Además, mi caso, el cual es común para todos los que vivimos en países del tercer mundo puede ser desgastante porque sin una computadora (o un ordenador como se dice en España) puede ser muy difícil y hasta casi imposible intentar producir y dar a conocer una obra literaria, luego debes tener correo electrónico, luego Internet, luego buena conexión y después acceso a las redes sociales de amplia difusión; en Cuba, por ejemplo, ahora mismo ( 12:10 h, 25 de diciembre del 2016) rebajaron el costo de una hora en Internet, pero le redujeron ¡cincuenta centavos! Ahora cuesta 1,50 c.u.c. o sea unos treinta y cinco pesos una hora de internet (el salario promedio son unos 15 c.u.c.) en zonas de Wifi fuera de tu casa, al aire libre, sin privacidad y con equipo propio, hay otros sitios con más privacidad y comodidad y bajo techo por son recontra-mínimos. Todo esto, para poder participar en un concurso que admita trabajos vía Email. ¿Para qué vamos a hablar de certámenes enviados por correo tradicional en papel y en ¡tres copias de la obra! Imprimir una cuartilla cuesta dos pesos en moneda nacional, un texto de doscientas páginas vale el salario de un mes de muchas personas en Cuba, y todavía no hemos hablado de encuadernación, sellos, tiempo de tu vida en escribir, hacer gestiones ¿para qué contar?
Envié a decenas de concursos sobre todo a aquellos donde publicaban a los concursantes, aunque no ganaran, en uno mi trabajo, Contra la persona que soy, fue mención de ensayo, pero no lo publicaron ni siquiera digital y eso que iban a ser publicados todos los finalistas, más allá un poema fue seleccionado para una antología de poetas latinoamericanos, pero ni siquiera pude pagarme el libro en papel desde la Argentina. Me enviaron gratis el libro digital.
Terminé decidiendo no enviar más a concursos, al menos no como antes, porque añado: muchas veces el certamen estaba dentro de mi línea, me sentía dispuesto, aceptaban la vía Email y contaba con una dotación decorosa pero… tenía limitantes de cantidad de páginas o de palabras o de caracteres, y en el caso del genero novela ¡y era mi caso! o no llegaba o me pasaba y traté de reducir ¡o ampliar! para adaptar la obra a las exigencias y pretender que me sirviera como ejercicio para resumir, para ganar en síntesis… pero la obra perdía mucho o tenía que inventar cosas que no venían al caso porque cuando terminas de decir, terminas de decir y todo lo demás que digas, sobra; y si quitas, pierdes. Hablando con un amigo, quien también escribe; me decía que, por otra parte, asimismo, podrían plagiarle las obras, a lo que respondí ¡compadre, entonces no participes en concursos! Háztela fácil. Si vas a andar con miedos no mandes a concursos.
Y eso es lo que estoy haciendo. Pero no por miedos sino por el desgaste, mucho trabajo y ni sabes si tienes al menos un lector.
PREG: ¿Pretende que otros sigan su ejemplo?
RESP: Soy quien sigue el ejemplo de otros. No podría citar nombres en este minuto, pero no creo ser el primero ni el único que pone libros gratis en Internet, ni voy a ser el último. Sí, creo que quienes sienten el llamado vocacional por escribir pero, también, se sienten animados por inquietudes existenciales, proclividad por el misticismo, la filosofía de la vida, el mejoramiento humano, el esoterismo, el zen, etcétera pudieran utilizar la literatura como camino de autorrealización, La literatura como recurso para ser (frase con la que titulé un libro publicado en Freeditorial.com) y cuyo primer paso sería el desapego de la propia literatura y ¡qué mayor desapego que renunciar a ella! Quienes están o hablan de estar en el camino de la autorrealización, a veces, ni se imaginan que lo que tienen que realizar es la destrucción de su falsa personalidad, que ser es: ¡ser nadie! y, para esto, conviene pensar que la cultura y el saber deben ser gratis. Pero ¡Eso! es algo que yo (de momento) pienso, los demás pueden pensar lo que quieran y está bien igual.
PREG: ¿No le gustaría ganar dinero por escribir sus libros?
RESP: Sí me daría mucho gusto, pero no es algo que pueda elegir. No depende de mí que ocurra. He sido bendecido por Dios por cuanto puedo pintar cuadros, tallar madera y hacer figurillas de barro cocido, estudié construcción civil y, hasta ahora, cada vez que he tenido momentos críticos en mi economía personal, no ha pasado mucho sin que llegue alguien deseando un cuadro, o un bastón o que le restauren un santo o que le grabe unos nombres en un par de copas, algo que no me da como para olvidarme de Dios, pero que me permite comer dándole gracias todos los días.
Y claro que me gustaría vivir de escribir que es lo que me gusta hacer, aunque todo lo que hago trato que me guste. Ahora que yo crea que el producto de lo que escribo, que mis ideas sobre las cosas puedan ser importantes y quiero comunicarlas porque ¡Además de grato! me parece que es urgente, me parece que lo debo, que alguien podría necesitar saberlo, y si puedo publicarlo pensando que a alguien le puede servir para sentirse tan satisfecho con la vida como yo, me doy por pagado. Y que ¡Escribir! sea como un hobby, no significa que no lo trate de hacer con profesionalidad. A veces releo textos que he publicado y siento encontrar faltas, comas mal puestas, ciertos giros se podrían haber dicho con menos recursos, en fin… pero hasta Borges llegó a desautorizar ediciones por insatisfacción con algunas de sus obras y citado por él mismo cuenta que una vez le preguntó a Alfonso Reyes: ¿Para qué o porqué publicamos? Y éste le dijo: Para no tener que estar corrigiendo eternamente los manuscritos. Así, creo que está bien ser crítico y exigente, pero tampoco tan calvo que se le vean los sesos, estoy seguro que quien necesita lo que estás escribiendo te va a perdonar las faltas, yo he encontrado defectos en textos de otros y me doy cuenta: cometer errores es una cualidad humana, no un defecto, quizás no debía ser, pero nos equivocamos mucho. Sin embargo, las abejas desde milenios hacen la miel perfecta; igual que la leche, las vacas. Así que creo que nuestros defectos pueden ser parte de nuestra perfección. Entonces, estaría incorrecto decir: quizás no debía ser, pues estaríamos juzgando la realidad; pensando: es mejor nuestra creencia sobre lo que es, que lo que es realmente. Sin defectos, sin errores ni equivocaciones no habría oportunidad de ser mejores ni de ser buenos. Es por ello que los animales no alcanzan el valor de aquellos otros animales llamados humanos pues, los primeros, no se equivocan, no tienen nada que enmendar y si se les enseñara algo y durante tal aprendizaje cometieran errores no les serían propios, sino del humano que los educa.
PREG: ¿Se considera un buen escritor?
RESP: En algunos de mis libros hablo de mi como un magnífico escritor, en algunos foros me han llamado arrogante o tildado de estúpido por eso, pero creía que estaba clara la intención humorística, pues me burlo de ser escritor; de hecho, no me considero escritor. Soy un hombre que escribe. Buen escritor o mal escritor son cristales con los que miramos a quienes escriben y dicen de sí: soy escritor. En algún lugar leí: en toda definición hay una limitación y lo creo cierto. Ser escritor me parece ser demasiado poco para un ser humano y desde otro punto de vista tendría otra lectura: ser escritor me parece una exageración cuando ya quedamos en que ser es comprender que somos ¡Nada!
PREG: ¿Podría precisar más esa nada?
RESP: Nadie te puede explicar el sabor de un mango, es algo que debes probar y obtener ese conocimiento de primera mano. También hay variedades de mango y todos tendrán sabor a mango y, sin embargo, el bizcochuelo sabe distinto al tipo manzano y diferente al filipino o a la manga, siendo mangos todos. Así que la experiencia del vacío, de la nada, cada cual va a saborearla de otra forma que es su manera. Lo que si voy a hacer es darte fe de que la nada abunda más que aquello que, de forma común llamamos algo; y, en propiedad, existencia material.
Mira, GOOGLE INC. es el consorcio propietario de la marca Google, uno de los principales motores de búsqueda de Internet. El cuatro de septiembre del año 1998, Larry Page y Serguei Brin, los dueños, fueron a patentar su marca, pero cometieron un error de ortografía pues la palabra que iban a inscribir era GOOGOL, que, en inglés suena muy parecido a GOOGLE. Tal palabra Googol, fue inventada en el año 1938, por el niño Milton Sirotta de nueve años de edad, sobrino de Edward Kasner, un estadounidense de origen judío profesor de Matemáticas, mientras ¡éste! preparaba una conferencia sobre el infinito para, sus discípulos en la Universidad de Columbia.
Googol o gúgol, como se escribe en español, es el nombre del número que resulta de elevar el valor diez a la centésima potencia, o sea: el resultado es el digito uno seguido de cien ceros… Es un curioso número ya que no tiene aplicaciones prácticas ni matemáticas. Representa una cifra inimaginablemente grande, pero que ¡Por supuesto! no llega al infinito, pero es un guarismo mucho mayor que la cantidad de átomos de hidrógeno que existen en todo el Universo Conocido, y ya sabes que el elemento hidrógeno es el más abundante en la Naturaleza o sea en esa parte que constituye solo el cinco por ciento del Universo material constituido por átomos. El resto, o sea el noventa y cinco por ciento que resta, no se sabe de qué está formado.
Se calcula que, sin tener en cuenta la llamada materia oscura, la cantidad de átomos de hidrógeno que existen en todo el universo, es decir, contando todas las nebulosas con todos sus soles, lunas y planetas, cometas, asteroides, polvo cósmico y un largo etcétera; es un número que está entre elevar diez a la potencia setenta y dos y/o diez elevado a la ochenta y siete, o sea ¡No llega a un gúgol!
Esta curiosidad es para comprender que algo tan cuantiosamente re-pequeño como un átomo y siendo el universo todo tan… ¡Inmenso! La cantidad de tales partículas se nos antoja ¡con esto del gúgol! como un número que ya no nos parece tan grande.
Veamos otra curiosidad, escalofriante por lo próxima ¿Sabía, usted, que el noventa y nueve, punto nueve por ciento del volumen de su cuerpo está vacío? Según la Física Cuántica, está establecido que el noventa y nueve, punto nueve por ciento de la masa del átomo radica en su núcleo y que éste, tendría una dimensión ¡entre diez mil y cien mil veces más pequeño que el tamaño total o diámetro del átomo! Por lo que, como promedio, si el núcleo tuviera el diámetro de un centímetro, en proporción, la distancia a que estaría un electrón girando alrededor suyo sería de ¡Más de un kilómetro! Por otra parte, el núcleo, aunque parezca macizo no lo es, pues protones y neutrones se encuentran girando unos sobre los otros sin ponerse en contacto. En proporcionalidad, si estamos formados por átomos, mantenemos, por carácter transitivo, la misma distribución de vacuidad: ¡El noventa y nueve, punto nueve por ciento! de nuestro cuerpo está: VACÍO o en mayoría nos forma, como se dice en las funerarias: NADA.
El hecho de que puedan existir los famosos agujeros negros, cuerpos cósmicos cuya densidad másica es de tal enormidad que un centímetro cúbico de ella podría pesar cientos de miles de toneladas al menos dentro de esa zona que se le reconoce como Horizonte de Sucesos, explicaría la gran cantidad de vacío en la materia que conocemos y que podría ser comprimida hasta esos extremos de ser destruida, por cuanto un agujero no es más que un hueco, y ambos lo que tienen en común es estar vacíos. Otro fenómeno que puede dar una idea de la gran cantidad de espacio vacío que tiene la materia, considerada maciza es que los neutrinos que emite el sol, pueden atravesar la Tierra, entrando por un punto cualquiera y salir por su antípoda, sin colisionar con ninguna otra partícula elemental. Hago notar que partícula elemental no es un átomo, sino el nombre recibido por cada una de las piececillas que forman a los componentes de su núcleo; positrones y neutrones, los cuales a su vez tienen, en propiedad otros nombres: El positrón y el neutrón están formados por quark y gluones. El electrón forma parte del átomo, pero como no tiene masa, no está constituido por otras piezas o fragmentos por lo que sí se le se considera una partícula elemental.
Pero hay más, se sabe que las partículas elementales parecen emerger de ese vacío, en términos prácticos se hipotetiza que somos ¡Ese vacío! del cual formamos parte y que es, ese vacío, lo que es la vida, lo que llamamos naturaleza, realidad, inteligencia universal, es decir, Dios.
De acuerdo con los modelos actuales que el estado de la Física propone, sólo el cinco por ciento del Universo Conocido está formado por lo que llamamos materia ordinaria, es decir, que tiene masa.
Repito, Del cien por ciento que constituye el universo, solo ¡El cinco por ciento! es material en la forma que suponemos la materialidad de manera ordinaria. El noventa y cinco por ciento del resto del universo, que llamamos conocido, tiene ese nombre (Conocido) porque es hasta dónde nuestra capacidad tecnológica de visión alcanza o llega a apreciar objetos cósmicos considerándose, por tanto, hasta tal límite; ese noventa y cinco, que llamamos el resto del universo, hasta hace pocos años era considerado vacío. Hoy se calcula que el veintitrés por ciento está compuesto de materia oscura y el setenta y dos por ciento, restante, lo compone energía oscura. Este calificativo de oscuridad es para determinar su invisibilidad pues su masa es: ¡CERO!
En astrofísica esto de materia y energía oscuras vienen a hipotetizar la necesidad que, en un momento anterior de la historia de la Física, cumplió el concepto del éter, para poder explicar ciertos fenómenos de la luz que, con posterioridad, los trabajos experimentales de Thompson y alguien más de quien no recuerdo en este momento el nombre (si le interesa: búsquelo) parecieron demostrar que ¡el éter! era un error. Ahora, en lugar de éter, es necesario introducir los conceptos de materia y energías oscuras, con lo cual las ideas del éter o del vacío desaparecen, aunque significan lo mismo.
Toda esta descarga sobre Física es para dejar en términos de cierta seguridad científica, el hecho de intentar sintonizar y llegar a lograr cierta estabilidad de constancia con este vacío, repito: lograr crear cierta familiaridad con la nada. Si estás situado en una emisora radial que transmite noticias y quieres oír música tienes que salir de la frecuencia noticiosa, entrar en la zona de silencio radial, entiéndase ¡el vacío! para poder encontrar la estación musical. No puedes sintonizar una frecuencia de radio si estás escuchando otra, debes mover el dial salir de la emisora, para hallar la deseada. Otro ejemplo: si apeteces beber té caliente, pero tu taza está llena de té frío, debes vaciar tu taza, si viertes té caliente en tu taza llena de té frio, se derramará, la taza no podrá contener más té estando llena. Igual ocurre con la mente: mientras estés estresado con la cotidianidad de los eventos repetitivos de la vida ordinaria no podrás vivir una vida extraordinaria. Quien parece tener un cierto control de tu vida es tu personalidad, pero ¡no eres tu personalidad! La personalidad es algo externo, es alguien artificial que ha sido aprendido e instalado en el disco duro de tu mente como un software malicioso desde tu niñez. Si quieres conocerte a ti mismo, encontrarte con tu esencia, con tu vocación, con la fuente de la felicidad y la optimización de tus procesos fisiológicos: como son mejorar tu capacidad mental, tu estado de salud, elevar tu sistema inmunológico, ser feliz o tener un encuentro personal con Dios, no queda otro remedio que entrar en el vació en el silencio interior, aquietar tu personalidad, darte cuenta que estás inflado de afanes egotistas, egocentristas, ególatras los cuales conspiran contra la calidad de tus estados emocionales. Eso de querer ser escritor, ser famoso, ganar mucho dinero son resultados, no objetivos. No es que sea malo querer ser escritor o disfrutar la fama ¡A ver si nos entendemos! Se trata de no convertirlo en necesidades, sino en medios. La vida es una locura sin control, te hablo de entrar en cierto control de esa locura; ninguna de los eventos que ocurren en la vida tienen más importancia que otros, pero como de todas formas tienes que vivir algún tiempo en este mundo, te hablo de vivir esos eventos como si fueran importantes, pero sabiendo que no lo son. Y, la vida, comenzará a tener otro sabor.
No eres la vocecita que está todo el tiempo hablando en tu cabeza y dice Yo de sí misma. No puedes parar de pensar, esa voz que usa tu idioma natal y que está hablando sin cesar dentro de tu cabeza es tu personalidad, dicho en otras palabras: no eres tú. Debes detener el flujo de tus pensamientos y hacer silencio interior.
PREG: A menudo, menciona a Dios ¿Es, usted, religioso?
RESP: Sí y no. No en sentido institucional o denominacional.
PREG: ¿Significa que no se congrega?
RESP: Significa que no me afilio, no me comprometo con esta o aquella vertiente religiosa. Me considero amigo de todas las religiones y me siento bien visitando una iglesia bautista u otra pentecostal o adventista o católica.
PREG: Hay quien llama a eso, en sentido un tanto peyorativo, ser un cristiano cultural.
RESP: Ahí tiene, usted, a alguien que piensa diferente.
PREG: Dice ser amigo de todas las religiones, pero solo ha nombrado denominaciones cristianas. Todas suena un tanto absoluto ¿Puede decir que no tiene preferencias? ¿Se siente amigo, también, del islam?
RESP: Sí, tengo preferencias, pero eso no impide la amistad. Uno puede tener muchos amigos, pero siempre tiene más intimidad con unos que con otros sin dejar de ser amigo de estos. Y, sí, me siento, también, amigo del islam. Recuerdo que mi padre, siendo un guajiro sin estudios ante algún acontecimiento venidero que pudiera ser trascendente para bien o para mal, siempre decía, casi con irreverencia: ¡Qué sea lo que sea! O si no ¡Qué sea lo que Dios quiera! o de otra forma ¡Qué sea lo que Dios quiera que sea! Como si no le importara el futuro, como si a todo le diera lo misma importancia. Lo cual, mi madre siempre le reprochaba como si fueran blasfemias. Sin embargo, hoy sé que uno de los fundamentales principios del islam es la aceptación inquebrantable de la voluntad de Dios.
PREG: ¿Podría señalar su preferencia religiosa y el motivo, si lo hubiera?
RESP: Desde niño en el único dormitorio de la casa había un pequeño cuadro de la Caridad del Cobre, pero no recuerdo que se le pusieran flores, cuando tenía yo unos diez años de edad, más o menos, se cayó al limpiarlo y se rompió el vidrio, pero no se repuso, y se guardó el marco con la litografía; no fui testigo de adoración a imágenes. Tampoco visitábamos iglesias ¡Un día! quizás, cada cierto tiempo asistíamos por compromiso a algún bautizo, pero eso era un acontecimiento raro. Cuando triunfa la revolución del año 1959 yo tenía nueve años y mi formación escolar, académica y social fue de dirección atea. El marxismo-leninismo era (aún lo sigue siendo) la filosofía oficial del estado y asignatura obligatoria en todos los grados académicos, politécnicos, cursos eventuales, etcétera. Creer en Dios o ir a la iglesia era como un estigma que todo el mundo evitaba. Para conseguir acceso a un trabajo o derecho a un curso de formación laboral, cambio de trabajo, etcétera había que llenar un cuestionario donde te preguntaban si tenías creencias religiosas y cuáles, así como si tenías familia en el extranjero y dónde. Ostentar algún símbolo religioso como crucifijos, medallas o collares podía ser objeto de críticas, miradas inquisitorias demostrativas estar ingresando dentro del cálculo de los sospechosos, todo lo cual, podía poner en peligro tu status laboral tu estabilidad económica… pero no había persecución ni sanciones por ir a la iglesia o ser religioso, era tan solo algo que sabías podría perjudicarte. En los primeros años de la década correspondiente al año 1980, comencé a interesarme por las prácticas de yoga y por esta vía inicié mi relación con la persona de Jesús, algo raro porque pertenecen a dos culturas distintas. El motivo de mi preferencia por el cristianismo se debe a su acentuada referencia cultural en la parte del mundo occidental en que vivo.
PREG: Si acepta tener preferencias ¿Tiene, también, repulsiones? Por ejemplo ¿a fundamentalistas…?
RESP: Puedo aceptar que hay actitudes, hechos, temas, etcétera que no me resultan simpáticos, pero no podría ponerle la etiqueta de repulsivos; el caso de los fundamentalismos, podría ser un ejemplo, Es muy difícil valorar caso a caso el nivel de antipatía, dicho sea de paso, creo que en muy pocos sería antagónico, si lo hubiera.
PREG: ¿Los fundamentalistas islámicos, por ejemplo?
RESP: Esa área, la de mis posibles repulsiones, es una parte para mi uso exclusivo; es, por tanto, privada, personal y secreta. Sobre todo, lo que pueda hablar trataré de hablar lo mejor, si se lo encuentro; si es muy evidente que no, me callo. No estoy aquí (en este mundo) para juzgar nada ni a nadie. No es la auto-imposición de ser imparcial a ultranza, sino la convicción de que nunca tendré suficientes elementos para conocer la verdad a fin de establecer justicia, así que mi sanción más drástica es apartarme y evitar me dañen.
PREG: Pasemos, entonces, a otro tema. En su obra se aprecia algo de crítica social, discreta, pero la hay, y ha publicado en Primavera Digital, un diario de franca oposición al estado cubano ¿Se considera, usted, disidente?
RESP: No soy disidente. La disensión dice ¡No! a algo, excluye. Mi intención es holística, trato de incluir, de sumar, de tender puentes para unir, no de levantar muros para impedir comunicarnos. Si bien me negué a declararme como escritor podría decir: soy un comunicador. Eso sí. Llegué a Primavera Digital con idea de publicar, quería publicar mis opiniones sobre cualquier cosa, no andar buscando noticias sobre violaciones o defectos en el estado, algo para lo cual sobra gente: y llegué allí con idea de hacerlo gratis y resultó que pagaban y muy bien, por cierto. El diario salía o sale, no sé ahora, una vez por semana, yo solo logré publicar una vez por mes, me publicaron y cobré tres artículos… luego me dijeron que no había dinero para pagar, no sé si fue excusa para darme el bate, como se dice en Cuba o si fue real, En realidad, no me interesa averiguarlo. Hubiera deseado que durara más, porque ganaba bien. Pero siempre recuerdo un pasaje del filme, Hair: cuando el padre se despide del hijo que va para la guerra en Viet Nam, le dice algo así como: Deja que se cuiden los listos que a los tontos los cuida Dios. Y que viene siendo algo así como: Que sea lo que sea, porque cualquier cosa que sea, va a ser para bien. Y que es, lo que yo llamo, aceptar la voluntad de Dios.
PREG: Bien creo que sería demasiado extenso continuar la entrevista a pesar de que quedan otras áreas por explorar que podrían ser interesantes. Quizás en otro momento posterior, si esta entrevista, tiene algún resultado positivo, de aceptación, visitas, comentarios, descargas… etcétera. Muchas gracias, por su tiempo.
RESP: Ha sido un placer. Gracias.