Eduardo N. Cordoví Hernández
Capítulo II de mi libro, Relato sobre una persona extraordinaria.
Entre nosotros y la realidad existen varios velos que nos limitan apreciarla dejándonos ¡Apenas! un distorsionado remedo, cuando no nos impiden verla en absoluto. El reconocimiento de lo que llamamos realidad depende de la sensibilidad y calidad de nuestros sensores para detectarla. El ojo humano solo capta el espectro luminoso dentro de un rango de vibraciones que están entre el ultravioleta y el infrarrojo o sea entre las oscilaciones de onda entre 400 y 750 nanómetros, respectivamente; de modo que no puede detectar las vibraciones del ultravioleta ni ninguna otra menor, tales como rayos X, gamma, cósmicos, etcétera; ni el infrarrojo ni ninguna otra mayor, tales como las ondas de radar, de radio y otras. De igual forma, sucede con el espectro audible: el oído humano solo registra vibraciones sonoras entre los veinte hertz y los veinte kilohertzios, es sordo para oscilaciones menores que la primera o mayores que la segunda. Así, las serpientes, por ejemplo, pueden ver el infrarrojo; por lo que el mundo objetivo para ellas es muy diferente del que podemos apreciar los humanos o del que logra percibir una abeja, la cual está capacitada para ver el ultravioleta. Las palomas se orientan por medio del campo magnético de la Tierra; los delfines, las ballenas, los murciélagos y algunas otras aves, por el eco-localización; los ojos de los camaleones, por otra parte, pivotean sobre ejes diferentes, sería dificilísimo poder explicar, ópticamente, como aprecia, este reptil, una habitación desde cualquier ángulo en que se encuentre en ella. Con esto quiero hacer notar que no todos los inquilinos del planeta vemos, oímos o sentimos lo mismo, o sea no tenemos el mismo contacto cognoscitivo con la realidad circundante.
Aún funcionando bien, nuestros sentidos nos engañan, porque sentimos que la Tierra es plana, aunque sepamos que es un esferoide desde hace mucho tiempo; y porque, estando quietos en una silla, nos hacen sentir inmovilidad ¡Sin embargo! la Tierra rota sobre su eje en todo momento y se desplaza, en su órbita alrededor del sol, a una velocidad de treinta kilómetros por segundo… además de girar, junto con el sistema solar, alrededor del centro de la Vía Láctea desde la periferia de uno de sus brazos espirales a una velocidad enorme…
Desde otro punto de vista, aparte de la sensibilidad de nuestros sentidos físicos, tenemos la distorsión de nuestro nivel de información. Quienes tienen menos conocimientos, información, cultura; tienen menos acceso a todo y están en desventaja para comprender el mundo y sus circunstancias de vida, con respecto a alguien con un mínimo de recursos… bastaría cierta cantidad de información de geografía o historia, etcétera y/o herramientas intelectuales como operaciones matemáticas o fórmulas de cálculo de Física para mejorar su interpretación de lo llamado: realidad. También, nuestros estados de ánimo pueden hacernos tener ideas sobre los eventos acaecidos en nuestro entorno y lograr que tomemos decisiones erróneas de las cuales, más tarde, nos podemos arrepentir. La ira es un estado de locura temporal con el cual podemos destruirnos y destruir nuestras relaciones interpersonales y hasta objetos materiales propios y/o ajenos, con toda la trascendencia legal que eso puede conllevar; tal como estar triste por una situación tan normal como la pérdida de un ser querido ya sea porque haya muerto o por un divorcio o un largo viaje, etcétera pueden acarrearnos todos los síntomas de un estado depresivo agudo, con el cual perdemos la capacidad de tomar decisiones más o menos responsables y participar de forma activa de la alegría de vivir, al decir de los franceses. Igual interpretamos la realidad de acuerdo a un esquema aprendido. Por ejemplo, la noción de arriba y abajo, horizontalidad o verticalidad, etcétera son relativas a puntos de referencia establecidos de forma arbitraria; tal como los conceptos de belleza o fealdad, de lo correcto o no, de lo moral o inmoral y no voy a poner ni un solo ejemplo, pero sí dejar alguna pauta para ver por dónde vamos: en los años sesenta hacerse tatuajes era asunto de presidiarios y marineros; pronto será raro ¡Creo ya lo es! encontrar alguien sin uno. Vean fotos de personas en las playas en los años treinta… y ni qué hablar de ciertas comidas típicas ¡Actuales! En algunos lugares del planeta o sociedades es costumbre que una mujer tenga varios esposos. Con esto, la realidad ¡También! puede ser una cierta hipnosis colectiva, inducida por la civilización, y en la cual participamos de forma consciente o no.
Un mínimo de observación nos lleva a ver que hemos sido educados desde pequeños para volvernos celosos, egotistas, vanidosos, desconfiados, mentirosos… Los juegos infantiles si no fueron diseñados para estimular la competitividad, entiéndase esforzarse en ganarle a otro, en ser mejor que los demás, al menos ¡Eso! es lo que consiguen, y vemos cómo no solo el juego sino ¡Toda la sociedad! conspira y participa de forma activa para enaltecer, reconocer y retribuir al ganador y señalar de forma peyorativa, burlesca e/o irónica, a veces no tal velada, a los perdedores. Esto instala en los niños la siguiente idea: lo pensado por los demás es más importante que lo pensado por ellos mismos, la idea de actuar en función de un estereotipo que es el esperado por el resto y, con lo cual, serán aceptados. Instala, además, algo para invalidar, detener y terminar de borrar la capacidad creativa. Instala, asimismo, la noción de que ser agresivo es lo correcto y quienes no piensan como nosotros están equivocados y por tanto debemos situarlos en el bando contrario, al cual debemos vencer de algún modo o a todo coste. Desde mucho tiempo son populares los juguetes bélicos o deportivos, los cuales estacionan los criterios de la separación en bandos oponentes y que los conflictos se solucionan por medios agresivos como el enfrentamiento y la lucha. Luego, los medios de difusión hacen lo suyo para mantener estos hábitos emocionales como reflejos condicionados por medio de imágenes, slogans, spots musicales… para mantenerte atado a una marca comercial o para hacerte creer que si consumes aquello que usa o come o toma el goleador de turno, se te trasladan sus aptitudes… y terminas andando por ahí en busca de la camiseta con el número de tu ídolo, con lo cual llenas la vacuidad de ti mismo, gastas dinero en objetos innecesarios o solo útiles como fijadores de ciertas ideas, o como agentes para reforzar el estado hipnótico general.
Voy a develarte algunos detalles acerca de la hipnosis. Quienes no han leído lo suficiente sobre el particular piensan que la hipnosis es un sueño inducido, un artificio, lo cual es cierto, pero no es toda la verdad. Tiene niveles, gradaciones y puedes andar por la calle y realizar actividades estando hipnotizado. Tampoco es necesario formar un espectáculo truculento con péndulos, palabras, ambientes, pases magnéticos con las manos, etcétera, aunque ¡Por supuesto! Tales condiciones pueden ser propicias y complementarias, pero, también, pueden darse accidentalmente por el entorno. La persona hipnotizada o a quien se va a hipnotizar suele llamársele sujeto y quien hipnotiza, agente; pero no siempre el agente es una persona, puede ser una melodía, una palabra dentro de una frase, un símbolo, un ademán, etcétera. La hipnosis no es un sueño artificial sino un estado natural del funcionamiento del cerebro. Lo que solemos conocer como sugestión o autosugestión es resultado de un estado hipnótico leve. Si, usted, se adiestra a sí mismo para despertar a cierta hora y llega a despertar antes de que suene la alarma de su reloj, eso es autosugestión y una manera de auto hipnosis. Igual cuando algunos practicantes varones realizan ejercicios de bramacharya, es decir lograr permanecer durante un tiempo en castidad o abstinencia sexual por motivos religiosos, deportivos, por enfermedad o de otra índole, al principio suelen tener sueños eróticos en los cuales realizan el acto sexual y eyaculan al efectuar la penetración despertando incomodados por la pérdida del licor espermático; ellos logran, con el tiempo, durante el sueño extraer el miembro de su pareja ilusoria ¡Sin despertarse! para evitar el orgasmo y esto es, también, auto hipnosis. Es muy difícil, para no decir imposible, que un sujeto quede hipnotizado de inmediato a menos que acepte. A veces el sujeto dice no querer ser hipnotizado pero el agente lo reconoce como persona sugestionable y logra hipnotizarlo con facilidad. Pero por lo regular debe haber algunas entrevistas previas para crear lo que se conoce como raport, o una cierta química de simpatía, un clima de confianza, interpretado, también, como una forma de entrega o sumisión o esclavitud la cual, en muchos casos, establece el trance hipnótico sin intervención del agente, basta que el sujeto lo vea a distancia para que ocurra. A un sujeto en estado hipnótico el agente puede ordenarle, por ejemplo, tocarse la oreja derecha con la mano izquierda cada vez que, el agente, saque su pañuelo o pronuncie una palabra cualquiera que funcione como comando. Si le pide antes que despierte que no recuerde el mandato al volver al estado de vigilia no sabrá que pasó, y cada vez que escuche la palabra de comando para tocarse la oreja, lo hará y, semejante orden o similar, se ha reportado que puede permanecer efectiva hasta por poco más de un año. Muchas alergias raras, malestares recurrentes no bien explicados, achaques, etcétera se ha comprobado que pueden tener génesis en lo que alguna persona que recién sale del periodo de recuperación de anestesia luego de una intervención quirúrgica, y que se encuentra en ese limbo (semejante al trance hipnótico) entre dormida y medio despierta pero dolorida e incómoda, escucha cualquier conversación trivial de personal médico o asistentes y, en medio de ese susurro, capta una palabra cualquiera, digamos tijeras, y la asocia con su experiencia actual; tiempo después ya de alta y recuperada su salud, un día cualquiera alguien dice; tijeras y basta para desencadenar la evocación de aquellos síntomas postoperatorios. Algo similar puede ocurrir con niños, los niños son altamente sugestionables, en estados febril por cualquier catarro pueden reproducir ese estado de limbo, la frontera del sueño y la vigilia, y que los adultos les hablen o le canten al oído puede ser contraproducente, hay que tener cuidado con el valor de las palabras que se dicen en tales casos y que no sean para evidencia amor o despertarlo para su alimento. Al infante le basta en ese estado, para sentirse seguro y atendido con amor, el calor corporal y las caricias de la persona que lo atiende. No se requieren dotes excepcionales para hipnotizar. La hipnosis es más una capacidad o predisposición del sujeto hipnotizado que una destreza o poder del agente hipnotizador este a lo sumo lo más que hace es crear o propiciar las condiciones para que el sujeto desarrolle su innata sugestividad. Hay individuos más sugestionables que otros tal como los hay más altos o más inteligentes pero todas las personas son más o menos accesibles a la hipnosis y de hecho el estado hipnótico es un estado natural de los procesos psicológicos y alguien en una ceremonia o ritual religioso, político o artístico provisto de vigorosos elementos de sugestión puede caer en trance sin intermedio directo otra persona. Luego de conocer la existencia de algo que se llama manipulación, ingeniería social, técnicas de control mental, marketing y un largo etcétera, así como la presencia de otros tantos interesados en utilizarlas para su beneficio, y me refiero a consorcios comerciales para vender más, para que comamos más y compremos más comida de la necesaria; o los grupos de poder a fin de movilizar a multitudes para votar por tal o más cuál partido político o para evidenciar demostraciones de apoyo ficticio o dirigir campañas guerreristas, en fin… todo eso que puede ser teorías conspirativas y simples teorías de chachareo, paranoia o lo que sea, pero que existen muchas razones para que sean, al menos, potencialmente ciertas; emprender la tarea de marcar la diferencia y comenzar a dar los primeros pasos en convertirnos en una persona extraordinaria, nos brinda la promesa de quedar libres de eso.
Y si bien es cierto que la libertad no es tan lo que la mayoría piensa, repito ¡Al menos! tenemos la opción de escoger ser esclavos de las fuerzas de la naturaleza las cuales entrelazan en armonía a las positivas, las negativas y las neutras.
Hasta aquí, una breve historia de lo que, también, es tu vida.
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