Según he declarado en mis escritos y tal como saben quienes me conocen, desde adolescente, y a pesar de dedicarme la mayor parte de mi vida a actividades laborales ajenas a la literatura, he logrado vivir y atender a mi familia gracias a pintar cuadros y realizar tallas en madera con cierto nivel de decoro artístico, sin llegar a ser talentoso: no obstante ¡Siempre! Mi ruta crítica de realización personal ha sido literaria.
Las dificultades, para canalizar mi obra escrita de forma pública, han sido mayúsculas y reforzadas en negritas. Y eso me llevó a decidir dejar de ser un escritor que vive de escribir como un trabajo, así que publiqué toda mi obra, hasta cierto momento en que sobrepasaba ya los quince libros, de forma gratuita en internet, en la editorial norteamericana Freeditorial, lo cual sostuve durante años, durante los cuáles los vi descargarse por miles, mientras realizaba ayunos forzosos en La Habana, por falta de economía.
Tampoco lo sufrí. Comprendia que era algo que estaba fuera de mi capacidad de resolución.
Al final, todo sirvió para darme cuenta que escribir, con interés de ser exitoso, podía ser también alimento para la incapacidad de ser persona eficiente en su propia realización.
Y me sentí como un árbol que da frutos a la orilla de un camino, sin reparar en quien los desdeña ni en quien, sin echar un poco de agua en su tronco reseco, los disfruta. Y ¡qué fuera así! no me pareció algo especial, como para sentirse desdichado o considerarlo una injusticia, era sencilla y llanamente: La realidad, siendo lo que es.
Al cabo de unos pocos años, de forma sorpresiva descubro que Freeditorial ¡No sé cómo ni por qué! Abre la opción de poder vender sus libros a todos los autores quienes habíamos publicado forma gratis, así como a cualquier otro. Ahora los autores editan sus libros, ponen sus precios, los suben a la plataforma o los eliminan de ella, sin contar con nadie y son libres de publicarlos en cualquier otro sitio, editorial, blogs, etcétera. Si bien se trata de una edición no profesional, pues los libros uno los edita en Word, no llevan ISBN y sus cubiertas son prediseñadas a partir de imágenes típicas que ofrece la editora, para uno escoger.
Si uno no está muy pagado de sí mismo y cree que tiene urgencia en dar a conocer un mensaje sano que ha descubierto, que le hace feliz y quiere compartirlo, pues, no necesita acariciarse el Ego queriendo ser ¡más cualquier cosa! que ya sea.
Así es que, acá les relato cómo es que paso a vender mis libros. Sería estúpido, no querer recoger algo después de años de gastos y restricciones, para seguir escribiendo. Mis libros, más caros no sobrepasan los cinco dólares y muy pocos se venden en ese precio.
¡Desde ya! estoy agradeciendo a los amigos, que van a comprarlos por ayudarme en el objetivo de garantizar que pueda continuar escribiendo en medio de una economía adversa, etcétera. GRACIAS. Pero mis amigos no tienen que comprar los libros que durante años regalé a extraños, me los piden y se los envió gratis, les agradezco más que compartan los links de tales libros o el procedimiento de acceso a ellos.
Llegar a vender mis libros no es un sueño perseguido que acabo de lograr. No fue una meta, un objetivo, ni algo de lo que espero un resultado. Me sorprendió la oportunidad y sigo la corriente como un muchacho que se divierte con el juego y no como uno que juega para divertirse.
Pido disculpas por no ofrecer un libro impecable, no soy editor, no soy ¡ni siquiera! Un escritor, solo: uno que escribe y no puede pagarle a un profesional, para escamotear los gazapos que mi estado de conocimientos no logra advertir.
De todas formas algunos serán vendidos ¿De qué otro modo puede, usted, explicar que: un individuo que no tenía intención en publicar en forma comerciable, publicara toda su obra, en una editora que nunca vendió libros y que luego de años ¡De pronto! Esa editora comience a dar la opción de venta? Cualquier cosa que ocurra ¡Será un milagro!
MUCHAS GRACIAS por leerme.
Eduardo N. Cordoví Hernández
Ponga mi nombre o los títulos de mis libros directamente en el buscador de la editora Freeditorial.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario